El producto After sun se define como "loción corporal que se usa en un momento muy concreto: después de haber expuesto la piel al sol. Su función es la de calmar la piel que ha sido expuesta a las agresiones del sol e hidratarla para compensar la sequedad que el sol haya generado". Con este producto pretendemos que la piel que ha sido quemada y dañada a conciencia, se cure y recomponga mágica e inmediatamente.
Lo mismo pasa con nuestras vidas y nuestras acciones, cada momento del día tomamos decisiones que no estamos seguros de que sean correctas, desde algo más pequeño, como si comprar una barra de pan u otra, hasta lo más grande, como comunicarte en una relación. Después de tomar las decisiones nos torturamos cuestionando si es correcta. Esta tortura se ve sobretodo cuando sufres de depresión y no eres capaz de aceptarte o aceptar tus actos, por muy buena intención que hayas tenido. Después de una interacción social con un ser querido a quien quieres cuidar sientes que solo estás haciendo daño y solo puedes ver una oscuridad a tu alrededor que te absorbe y envuelve mientras da ciertos destellos de luz que te desconciertan aun más.
Estos sentimientos y experiencias a través de la metáfora del after sun es lo que cuenta la película de la directora Charlotte Wells con el nombre Aftersun. Los protagonistas, Calum (Paul Mescal), un padre divorciado, y su hija, Sophie (Frankie Corio) viven un viaje en Turquía que Sophie nos muestra a través de una cinta que grabó junto a sus recuerdos el día de su 31 cumpleaños. No sabemos qué es de Calum cuando vemos a Sophie con su novia, aunque a lo largo del metraje vemos como cada día después de vivir y gastar toda su energía parece desvanecerse en un ambiente entumecido que lo duerme despierto y lo hace morir cada día, Le vemos irse constantemente, incluso vemos cómo camina hacia un mar oscuro e incierto o cómo en un lugar con una sola puerta, una sola escapatoria, Calum nos mira y tras darse la vuelta camina hacia la salida. No lo sabemos, pero sabemos qué le ha pasado a Calum. Él solo quería cuidar a quien ama, a su hija, pero, a pesar de ser un buen padre, no era capaz de verlo y se sentía mal por cada cosa que hacía o dejaba de hacer.
El sentimiento que hay en ese después que he mencionado es difícil de definir con palabras, por eso Charlotte lo hace a través de las sensaciones y lo hace de una manera muy potente. Es posible que no entiendas cuál es su drama, qué le pasa a Calum si todo parece ir bien, pero en cierto punto comienzas a verlo, comienzas a sentir que algo no está bien. Y no es nada increíble como que les va a venir un tsunami o les van a secuestrar o cualquier desgracia que esperamos de la ficción, si no que es algo tan real como el sufrimiento de una persona deprimida, que no puede parar de sentirse mal y no disfruta, si no que hace y finge disfrutar mientras en su interior algo le dice "eres malo".
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